28 Feb, 2012
Jornada de acción europea: el rechazo a la gobernanza económica europea.
En el último post que escribà aludÃa a la necesidad de que el sindicato continuara manifestando su firme oposición a la reforma laboral y los recortes, y a la necesidad de que la izquierda polÃtica además de apoyar ese rechazo, articulara acciones "polÃticas" que representen alternativas al pensamiento único impuesto por la UE y la Troika.
La ocasión la pintan calva: Además de la manifestación del 29/02/12, en las próximas semanas, la izquierda polÃtica tendrá la oportunidad de descolgarse de las polÃticas de recortes, e ir iniciando la recuperación de la confianza de la mayorÃa votando NO al nuevo Tratado para la Gobernanza Económica en Europa, que significa en la práctica la consolidación de un modelo económico de recortes en el gasto social en el que ningún partido que se pretenda de izquierdas podrá hacer polÃticas sociales nunca más, generando más paro, menos derechos y más pobreza.
Ahora es el momento de decir No a este nuevo Tratado Europeo, al que ya se opone la CES, igual que la UGT se opuso a la reforma constitucional exprés impuesta por la UE a través de Zapatero. Me gustarÃa que los diputados/as socialistas, asà como los del resto de partidos de la izquierda del arco parlamentario secundaran esta oposición al nuevo tratado, o lo que es lo mismo, la oposición real a los ajustes y recortes acordados por Merkozy y dictados por los dichosos mercados que ninguno de nosotros hemos votado.
Decir No al nuevo tratado es decir No a la reforma laboral.
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24 Feb, 2012
La necesidad de recuperar la polÃtica para la clase trabajadora.
Hace ya algunos años, más o menos 20; cuando yo daba mis primeros pasos en el sindicato, que el compañero Rañé, por entonces miembro del SNC (con Pepe Ãlvarez como Secretario General) decÃa que nuestro paÃs no podrÃa competir en salarios y bajas condiciones de trabajo en un entorno globalizado. En otras palabras decÃa que la competitividad de nuestra economÃa debÃa basarse en la calidad de los productos y no en el precio de los productos. De ahÃ, la necesidad de un cambio de modelo productivo, basado en la calidad (del producto y de todos los factores que intervienen en la producción, incluÃdo el factor humano). Dicho sea de paso, considero que lo que se ha venido llamando "cambio de modelo productivo" admite muchas acepciones, entre las que se encuentra la que yo comparto: el cambio de modelo productivo necesita de un modelo industrial propio. Esto es, necesitamos industria y servicios que aseguren el propio abastecimiento de bienes y servicios (la demanda interna), y que permitan tomar decisiones "en casa" (públicas) sobre QUÉ producir, y CÓMO y CUÃNTO producir.
Durante los últimos 20 años se ha optado por un modelo mixto, en el que el papel del Estado se ha reducido a "incentivar", "bonificar", e "impulsar" la internacionalización de la economÃa catalana, sin caer en la cuenta (o lo que es más grave, cayendo) que la supuesta internacionalización sólo conllevaba un aumento de los beneficios empresariales, que no han repercutido en la sociedad via impuestos, ni en los propios trabajadores, vÃa salarios.
La reforma de Rajoy da un paso más, no sólo repite la misma "incentivación", "bonificación" e "impulso" a la economÃa privada, sino que además reduce de manera generalizada los salarios y condiciones de trabajo...asà como la protección social y todo aquello que se ha ido consiguiendo con el esfuerzo de millones de trabajadores (el estado de bienestar).
Desde un punto de vista técnico: nuestro paÃs no puede devaluar la moneda, puesto que la competencia económica y monetaria no está en nuestras manos. Es por esa razón, por la que algunos nos posicionábamos en contra de este proceso de construcción europea, que destruÃa el papel de los estados y por tanto del control popular de las polÃticas económicas, monetarias e industriales. La reforma pues, dada esa imposibilidad, lo que pretende es devaluar el coste de producción (y del precio final de los productos), en definitiva, devaluar el coste del factor trabajo, generando la falsa expectativa de que nuestras exportaciones podrán competir en precio con las de otras economÃas. ¡Grave error que nos conduce a la mayor depresión de la historia y al desastre!.
Desde el punto de vista polÃtico, la cosa está clara. El poder para "los mercados", y nuestros votos se reparten entre aquéllos que quieren ganarse la confianza de los mercados. ¡Aún más grave el error, puesto que conduce la ausencia de alternativas reales!. Es lo que ha venido llamándose el "pensamiento único".
Mientras la UE aplaude los recortes ejecutados, proponiendo mayores recortes aún, la economÃa profundiza aún más en ese proceso de contracción, que generará más desempleo, y menos derechos para trabajadores y desempleados.
La respuesta de los trabajadores está siendo unánime. La resistencia que la clase trabajadora manifiesta debe ser organizada, no para suavizar la reforma o los recortes, sino para exigir firmemente ese cambio de modelo productivo al que se oponen los sectores defensores del capital. Los trabajadores organizados en los sindicatos necesitamos de alternativas polÃticas serias que defiendan nuestros intereses (los de la mayorÃa de la sociedad), y en ese terreno, necesitamos de un partido polÃtico que proponga una alternativa radicalmente diferente, y no matices alternativos de una misma polÃtica. Mientras eso no ocurra, las herramientas de que disponemos son la manifestación y la huelga general, pero siendo necesarias, no serán suficientes hasta que re-construyamos una alternativa polÃtica capaz de significar una alternativa real.
El sindicato está en su sitio. ¿Lo están los partidos de la izquierda?.Sin duda, quieren estar al lado de la MayorÃa: interponiendo recurso de inconstitucionalidad sobre la reforma, preparando un buen paquete de enmiendas a la reforma, formando parte de las movilizaciones..... ¡Todo eso es fundamental!, pero no suficiente. No basta con decir ¡No!; Estamos ante una lucha de clases, y la nuestra está perdiendo.
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1 Feb, 2012
Solidaridad con los compañer@s de Newco y Spanair
Cuando en julio de 2006 los trabajadores de Iberia manifestaron su propuesta en los hechos calificados como "invasión de las pistas", contra lo que se defendÃan era una involución del sector aéreo, que teniendo como excusas la ampliación del aeropuerto, la generación de un "hub" con vuelos transnacionales, y la gestión "catalana" de los aeropuertos...realmente escondÃa la privatización de los aeropuertos, la rebaja de condiciones salariales y de trabajo de los trabajador@s y la generación de un polo de beneficio económico para el sector privado.
El siguiente paso, fue la entrada de capital público (cerca del 80%) en la gestión de Spanair para seguir compitiendo en un mercado "privado". Cuando el sector público, jugando con las reglas de juego del sector privado, ha dejado de tener recursos suficientes, ha dado lugar a esta devacle que pone en peligro el futuro de 5000 puestos de trabajo, entre directos e indirectos, que DEBERÃAN ser subrogados (TODOS Y TODAS) por el resto de compañias.
La lucha de los trabajadores del sector aéreo es justa y digna: no quieren indemnizaciones sino su puesto de trabajo, y por ello, merecen todo el respeto, solidaridad y apoyo (como sin duda tienen) de toda la Organización.
Pero...la resolución del conflicto laboral no nos debe apartar de las causas que lo han originado, y entre ellas, destaca la voluntad del gobierno de CiU de no seguir manteniendo esta actividad con fondos públicos, o dicho de otra manera, repartir "el pastel" entre los "amigos", entre los cuales está el señor Josep Piqué, presidente de Vueling, con el objeto de consolidar las alianzas CiU-PP.
La cuestión de el fracaso de las negociaciones con Qatar no son sino una tapadera que enmascara un acuerdo de voluntades de la derecha, para privatizar todo lo privatizable en el sector aéreo y aeroportuario, generando más precariedad laboral y más desempleo.
Por ello, la resolución de este conflicto laboral no es baladÃ. No se trata sólo de la recolocación (necesaria, insisto) de los trabajadores, si no que también (y sobretodo) se trata del modelo de gestión hacia el que se camina.
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