Spartacus
  Xarxa sindical

29 Mai, 2006

Braun, deslocalización salvaje

La empresa de electrodomésticos Braun, propiedad de una sociedad norte americana ha planteado cesar la actividad de su planta en Espulgues y dejar en la calle a más de 700 trabajadores y trabajadoras.


La firma Braun se ha convertido en las últimas semanas en el ejemplo de la deslocalización salvaje. Los números que ha presentado ante el Comité de empresa no expresan pérdidas que justifiquen un ajuste de plantilla. Su gran argumento no es otro que el de su previsión de reducción de beneficios a corto plazo. Con esa razón y sin pestañear, los directivos de Braun le han dado una patada a su responsabilidad social corporativa. Y con ella a los trabajadores y trabajadoras que ahora se encuentran ante la necesidad/obligación de negociar la mejor salida económica dentro del marco que la misma empresa les ha situado.

De nada parecen servir las amenazas de la administración de la Generalitat y del ayuntamiento de Esplugues, que con determinación han planteado acciones que no van precisamente encaminadas a ponerle las cosas fáciles a la empresa. De la actitud de los directivos de Braun se podría desprender que tienen calculada la situación. Y me temo que en la mayoría de los casos las empresas tienen previstas todas estas acciones de parte de los sindicatos y también de la política.

Es por eso que parece necesario replantear los mecanismos que tiene la propia administración a la hora de permitir expedientes de regulación que afectan al conjunto o a parte de las plantillas. Y estos mecanismos pasan de un lado por endurecer las condiciones objetivas que deben acompañar todo expediente de crisis y por el otro que de una vez nos planteemos como trabajadores y como consumidores la necesidad de orientar nuestras compras hacia aquellos productos y empresas que además de obtener beneficios también condicionen su obtención al cumplimiento del compromiso con su entorno social y ambiental, de forma coherente con la declaración de Responsabilidad Social Corporativa que han tenido que presentar para conseguir su correspondiente certificación ISO de calidad.

Seguro que los directivos de Braun a la hora de elegir entre su norma ISO y su estrategia prefieren lo segundo, aunque les cueste el trabajo a más de 700 familias. Sobre todo si para ellos el terreno donde se ubica la planta de Esplugues tiene un valor económico que les puede permitir indemnizar a los trabajadores y además sacar beneficios con su venta, con o sin recalificación urbanística.

Habrá quien diga que pedir más control ante las decisiones empresariales que plantean la deslocalización de su actividad, significa desarrollar políticas proteccionistas que encierran nuestra economía y la hacen mucho menos atractiva para los inversores extranjeros. Es posible. Pero, quién protege ahora a los trabajadores de Braun­.


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